La Biología de la célula
Los organismos vivientes están formados por unidades básicas llamada células, en cuyo
interior ocurren actividades y fenómenos que las caracterizan a unas de otras. Algunos
organismos son muy simples y se componen de una sola célula, por lo que se les conoce
como unicelulares. Dentro de esa única célula se llevarán a cabo todas las actividades
(funciones) del organismo unicelular.
Otros organismos más grandes están formados por muchas células, hasta por millones de
ellas y se conocen como pluri o multicelulares. Las funciones de los organismos
multicelulares se dividen entre sus muchos tipos diferentes de células.
La mayoría de las células son tan pequeñas que el ojo humano no puede verlas
directamente. No fue hasta la invención del microscopio que se descubrieron y se estudiaron
las células. Este instrumento de aumento, demostró ser uno de los inventos más importantes
en la historia de la ciencia. Su desarrollo, desde los más simples modelos, hasta el
microscopio electrónico actual, han permitido a los científicos estudiar la estructura y las
funciones celulares con más detalle y precisión.
Los primeros microscopios se construyeron alrededor del año 1600. Galileo Galilei, un
prestigiado hombre de ciencia italiano, hizo un microscopio sencillo con el que observó
partes de insectos aumentadas. Su microscopio era de los llamados “compuestos”, es decir,
formado por dos lentes. Cada una de las lentes está montada en el extremo de un tubo
hueco y el efecto de observar a través de ellas es el de un ligero aumento, pero no suficiente
para detectar organismos microscópicos.
Tornillos
Portaobjetos
Lente
Microscopio de Leewenhoek
El inglés Robert Hooke fue el primer hombre en observar células vegetales (muertas) en una
película de corcho. Hooke mejoró el microscopio compuesto de Galilei y observó
aumentados muchos objetos. En 1665, usó la palabra “célula” para describir las celdas de la
película de corcho en su libro Micrografía. Las “células” de corcho en realidad se trataban de
las paredes de las células que alguna vez estuvieron vivas en la corteza del árbol de la que
sale el corcho. A este personaje se le atribuye pues el descubrimiento de las células en los
seres vivos, ya que al final de su vida, logró observar células vivas aumentadas hasta 30
veces. Unos años después de los descubrimientos de Hooke, Anton Van Leewenhoek, un
comerciante holandés aficionado a los instrumentos ópticos, observó células aumentadas
hasta 200veces, con lo cual se pudieron ver con mucho más detalle algunas células
sanguíneas, bacterias y organismos diversos presentes en una gota de agua estancada.
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